Domingo, 04 Jun 2023
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  • Economía II 01.08.2022

    SUBA DE TASAS Y RECESIÓN EN EE.UU.

    Estados Unidos tambalea, la Fed eleva las tasas de interés una y otra vez a zancadas inéditas de 75 puntos base (porque la inflación no se entrega), y Wall Street disfruta más que nadie. El índice S&P500 trepó 4,2% en la semana, y 8% en julio. La contraofensiva perforó la media corta y recuperó con holgura el nivel de los 4 mil puntos. Cerró en 4130. El Nasdaq, en julio, avanzó 11,3%. Ambos muy lejos de los records absolutos -a 13% y 20% respectivamente- pero más distantes todavía de la carnicería que los rodea. Ni la Fed hiperactiva ni los vientos de recesión perturbaron la volatilidad de las acciones. Con un VIX en 21 se dibuja un horizonte de calma chicha. La temporada de balances difundió en la semana las cifras de 175 compañías de las 500 que conforman el índice. Esquiva grandes desastres, no cuestiona el rally; y lo que no mata, fortalece. En el segundo trimestre, las ganancias por acción crecen 6% interanual. A fin de junio, se proyectaba 4%. Pero se temía una debacle a tono con la merma de la actividad, que no sucedió. Dada la inflación, aun así, es una caída real. No obstante, Wall Street compra con gusto la idea de una recesión suave. Y las empresas -cuando describen el porvenir que avizoran- le dicen lo que quiere escuchar. Pruebas al canto: el múltiplo precio/ ganancias futuras ya no se comprime y vuelve a inflarse. Lo que era un ratio de 15,8 veces a fin de junio; un mes más tarde es 17,1. Y la estimación de crecimiento de ganancias para julio-diciembre que excedía 10% bajó a 6,7% nominal. Es así, Wall Street premia hoy la elegancia para retroceder en pantuflas.

    ¿EE.UU. en una recesión `técnica`? El PBI cayó 1,6% en primer trimestre. Y 0,9% en el segundo. La regla de pulgar de dos trimestres consecutivos en rojo se cumplió y de ahí el veredicto de una recesión `técnica` que como se ve no tiene nada de técnica (aunque provea una guía singularmente eficaz). En el primer trimestre, la demanda agregada era toda robustez. En el segundo, frenó en seco. Las ventas finales a los compradores del sector privado (interno) se expandían al 3% y cayeron a cero. Para peor, el sector público no deja de reducir su gasto. Si esto es una recesión, ya comenzó. Para que no lo sea tendrá que repuntar pronto. El empleo que todavía crece rozagante aunque se desacelera es el último bastión de resistencia. Los indicadores económicos líderes, los que escrutan el mañana, enfilan en dirección a la baja. Y la Fed que ejerce un liderazgo de facto, la culpable del enfriamiento ultrarrápido, tiene su faena avanzada pero no culminada. Descerrajó un aumento de tasas de 150 puntos base en junio y julio (lo que nunca en 40 años, y 50 puntos más que lo que la misma institución pensaba aplicar) pero la inflación es recalcitrante. Deberá insistir. La tasa corta escaló con velocidad sin precedentes desde la era de Volcker. Abandonó el entorno de cero a mediados de marzo, y ya llegó a 2,50%. En tres meses y medio ascendió el equivalente a nueve subas de un cuarto de punto y depositó a la Fed en el ansiado terreno neutral de la política monetaria. Así lo reconoció Powell. Pero habrá que adentrarse en una zona más restrictiva. Otros 100-125 puntos base más nos separa de fin de año, según los futuros. ¿O será una recesión inapelable? La Fed exigirá que la inflación se rinda sin condiciones. Y eso puede ocurrir antes o después. Y muy presumiblemente, después. Pero las malas noticias son buenas nuevas. La economía real se retrae. Las presiones inflacionarias acusan recibo: la caída de los precios de las materias primas es clara señal. Y Wall Street ya se adaptó. Todo comenzó con la estabilización de las tasas largas, que se rasgó con un exabrupto a mitad de junio que llevó la tasa de 10 años a 3,50%, pero que ahora rompe el rango 2,75%-3,25% hacia abajo. El viernes rozó fugaz 2,61% lo que no se veía desde abril. La inflación puede subir, y las tasas bajan. Y las expectativas de inflación apuntan a la meta oficial de 2%. La valuación de las acciones se afianza desde allí. No habrá que erguir las tasas al nivel de la inflación actual. La convergencia se dará al revés: la inflación volverá primero al redil. Y de ahí la más flamante de las preocupaciones. ¿Cuán eficaz será la política de la Fed si cuando iza las tasas 75 puntos base, los activos de riesgo se aprecian y no se ciñen las condiciones financieras? No es lo que pasa hoy. La economía boquea y se desbarranca. Pero los que tienen el paraguas abierto no quieren cerrarlo.

    ¿No alcanza con la recesión suave? ¿Para frenar la inflación se precisa un portazo más fuerte? No es para nada lo que la Fed tiene en sus planes.

    Ámbito Financiero